Durante más de una década, los cuerpos de mujeres jóvenes aparecieron a lo largo de la costa de Long Island, envueltos en misterio y en silencio. Las víctimas eran trabajadoras sexuales, madres, hijas… todas invisibilizadas hasta que la magnitud del horror salió a la luz en Gilgo Beach. La investigación se convirtió en una de las más grandes y desconcertantes de Nueva York: múltiples sospechosos, pistas que no llevaban a nada, y familias exigiendo justicia. Pero en 2023, un giro inesperado reveló a un sospechoso oculto a plena vista: un arquitecto de familia respetable acusado de ser el depredador que acechó las playas durante años. Este es el relato del asesino de Long Island, un caso que demuestra cómo el mal puede vivir entre nosotros sin ser visto.